A las cinco agradezco que esta vaya a ser la última planta de nuestra visita. ¡No puedo con mi alma! Ya lo ves, la luz es distinta aquí, donde los astros nocturnos derraman su plata sin toneladas de roca encima. Y aquí, las cosas se ponen aún más peliagudas, al menos en lo que a la antesala es refiere. Rarezas ánticas: el ala de ocio, que es el lugar en el que se celebran los bailes y las granes fiestas, queda en la misma plana que el acceso a la Torre de Offyah. Las antiguas historias cuentan que en las grandes celebraciones se gestaban siempre los actos más ruines, tales como envenenamientos, conspiraciones y hasta secuestros! Por eso, alguna emperatriz o emperador tuvo la brillante idea de confrontar este espacio con las mazmorras, una especie de advertencia o tal vez una forma de recortar camino.  El caso es que mientras a la derecha puedes visitar el salón de baile, el comedor de invitados y el balcón imperial con vistas a los acantilados, en el ala oeste tienes la terrorífica torre de Offyah.