La luna se encierra en jirones de nube que la apartan de su dominio etéreo en la terra de Telasia, cuna de la magia más pura, allí donde más se ha profundizado en su aprendizaje y el único territorio noctis en el que se desarrolla el poder más temido: la alquimia.
Entre sus árboles de copas oscuras, entre sus troncos retorcidos, se abren peligrosas ciénagas y lagos de aguas misteriosas. Una terra que ha sufrido, de manera especial, las iras del imperio ántico, conocedora del peligro que entraña el más profundo dominio de la brujería
Sus casas, salpicando los terrenos llanos, se alejan unas de otras en una soledad marcada y decadente. El viento ulula entre el laberinto de troncos, narrando las desgracias que han marcado, no solo su orografía, sino también a su gente.
Antes de que Ántico se constituyera en Imperio, Telasia era, probablemente, la más poderosa de las terras brujas, primer Trono de las Tormentas
Las legiones Cyma adquirieron un fuerte poder, junto al afán belicista de Ántico y, hasta su destrucción, a manos de Tanray Vakko, fue uno de los ejércitos más poderosos de Átraro.
Durante el gobierno de la emperatriz Listhy Vakko, las Cymas amenazaron con realzarse, espoleadas por el ánimo de los rebeldes, pero el espejismo duró lo que las legiones Áureas tardaron en aplastar el sueño.
Las columnas del Pórtico representan a la terra bruja, puerta de acceso a los Cimientos, tierra sagrada en cuya torre mora la Madre Gárgola, símbolo en la mitología noctis, especialmente en la bruja. El pórtico se corona con el círculo de poder, que representa el culmen de la magia, pues ninguna otra terra la domina como Telasia.
Aunque el orden de los tronos es algo cuya importancia ha caído en el olvido, el origen sagrado de estos es algo de suma relevancia. Cuna del poder más ancestral, Telasia recibió el primer trono de las Tormentas.