Llega Sant Jordi o el Día del Libro. Muchos escritores proclaman los sitios en los que se les podrá encontrar firmando ejemplares de sus últimas criaturas y los lectores pueden volverse locos no sabiendo adónde acudir. Tranquilos, el día es largo; seguro que encontráis tiempo para cazar ese ejemplar firmado de esos creadores de sueños con los que suspiráis.
Ahora bien, me quiero acordar hoy de la cara menos llamativa / glamourosa /destacada de este día: hay autores que se han devanado los sesos durante los últimos meses buscando una editorial que confiase en su novela sin conseguirlo. Los hay que sencillamente lo pasan bien escribiendo y no tienen grandes aspiraciones más allá de disfrutar y hacer disfrutar, y luego hay otra especie en la que me incluyo: los "antisociales".
Para los que hayáis leído 'Memorias de Idhún', yo aspiraría a ser una escritora estilo 'Chris Tara'; para los que no lo hayáis leído (NO HAY SPOILERS), sabed solo que era un cantante que no aparecía en las carátulas de los discos ni concedía entrevistas a los medios de comunicación. Su única aparición era allí donde disfrutaba de lo que hacía sin la "parafernalia" del márketing u otro tipo de acciones paralelas a su música. De la literatura, me encanta idear, crear, escribir y elaborar cositas que ayuden a dar a conocer las novelas, pero ODIO las presentaciones, las firmas y todo aquello que te ponga de cara a un montón de gente. Lo siento, tengo que decirlo: me muero de la vergüenza. -He estado en presentaciones y en Sant Jordi's y tengo que decir más que disfrutarlos, los he sufrido). Admiro enormemente a quien se desenvuelve bien en esas lides, pero no es mi territorio, así que me mantengo en esa zona que me permite escribir, intentar que MIS LIBROS, NO YO puedan llegar a la gente y ya está. De hecho, ni siquiera en mis novelas incluyo biografía.
Lo único que quiero reafirmar es que quienes no se sientan en un paseo, tienda, librería o grandes almacenes a firmar libros también sois escritores y no os lo sintáis menos que quienes sí lo hacen. Cada uno sabe por qué está o no está en un determinado sitio, pero ante todo y sobre todo, disfrutad de lo que hacéis. Si además queréis estar ahí, seguid peleando y el año que viene, habrá una nueva oportunidad, pero si no es así, no pasa absolutamente nada. Y si no queréis estar ahí tampoco pasa nada, no sois menos "serios" o escritores en un grado segundo. ¿Se puede demostrar más amor a los libros que cuando solo estás en la parte "oscura" del escenario literario?
Es decir, está esa fase en la que te encierras tú solo y te peleas con tus fantasmas y demonios, hilas la trama, conectas cabos sueltos, escribes, borras, haces y deshaces, te bloqueas, te rindes, te levantas otra vez, te empecinas, sigues, acabas; sacas tiempo de donde no lo hay, pierdes horas de sueño, de estar con la familia y los amigos... y por fin, ¡tachán! La obra termina (aunque el proceso solo acaba de empezar). Ahora toca, corregir, maquetar o buscar a quien lo haga; esperar, mejorar aún más la obra y seguir en la sombra. Diseño de portada o buscar a quien lo haga y seguir esperando el ansiado día. Y este llega y por fin lo presentas al mundo y.... esto sigue: ahora toca promocionar, moverlo, que le hagan caso, que sepan que existe. Mientras nadie confíe en ti, te tocará hacerlo solo(a) o con la ayuda de los escasos incondicionales de siempre y mientras eso pasa, tú ya estás ideando una nueva historia.
Oye, ¿y dónde quedan los flashes, el foco, las grandes presentaciones, la gente pidiéndote firmas, empujándose por ti, las colas para comprar el libro, los desconocidos hablando de él? Pues eso no forma parte de tu particular historia, por cualquiera de las razones que he descrito anteriormente (porque aún nadie se la juega por ti o sencillamente porque huyes de eso). Pero en tu cabeza no hay desazón, sino otra historia tomando forma y lo verdaderamente fantástico es que esa es tu felicidad; la luz no viene de los flashes o del foco que alguien ponga en ti. La luz está en ti, la luz eres tú y no depende de nadie más.
Imagen: julio_55 (Pixabay).