Aquella no era la primera vez que veía la luz del sol, pero nunca la había sentido con tal claridad, abrazando su piel liberada de autoridad, tiranía y cadena. Se detuvo en la parte superior de la escalera y sonrió contemplando aquella vieja y polvorienta casa con todo aún por desembalar, desierta de muebles pero inundada de ilusiones; carente de lujos, pero rebosante de mañanas de luz como aquella. Y en medio del polvo, por primera vez, se sintió la reina de su futuro.
Imagen: Free Photos (PIxabay)
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